domingo, 6 de septiembre de 2009

Aprender con la radio.



  • Característica de la radio como recurso.
    1. Un recurso que sorprende, informa y acompaña.
    Cada uno tiene una relación personal con la radio, hay radio para todos los gustos, necesidades, edades y momentos del día.
    Hoy en día, la relación de las personas con la radio es diferente, por los avances del la tecnología en cuanto a comunicación. Pero aun con los cambios, la radio es un medio muy importante que a medida que se desarrolla, nos propone un modo de participación más activo. Escuchar la radio no es una actividad pasiva: implica participar de la comunidad a la que se pertenece.

    2. Un medio al alcance de todos.
    Si echamos una mirada a nuestro alrededor veremos que, prácticamente todo los hogares tienen una radio. Ya que la radio constituye un medio barato, cómodo y fácil de operar.
    La radio no exige mucho de su público. Escuchar radio, es actividad que es puede alternar con otras. Se trata de un medio que a veces se escucha con atención y otras de fondo.
    Esta características hacen de radio un medio de comunicación “súper” masivo, que alcanza a miles y miles de personas al mismo tiempo.

    3. Lo primero es el oyente.
    Cada programa tiene características propias que apuntan a una franja de público. Esta franja puede estar determinada por el gusto o por las necesidades, edades y hasta por la profesión de los oyentes. El sector de audiencia a que esta dirigido un programa de radio recibe el nombre de target, quiere decir objetivo.
    En el momento de pensar en un programa de radio; definir el target es el primer paso, ya que la elección de los contenidos, tienen que ser coherentes con el público que va a escuchar. Además, si el programa logra captar las necesidades de una franja determinada de audiencia, atraerá cada vez más oyentes afines.
    Pensar en un programa de radio implica pensar en un oyente concreto, no en una idea subjetiva de cómo nos gustaría que fueran los radioescuchas. Hay que prestar atención a esto para verificar que la propuesta radial “sintonice” con las necesidades y expectativas del público real.

    El código radial y sus elementos.

    La radio implica comunicación. Sabemos que la comunicación sólo es posible cuando se comparte un código. Igual que cualquier conversación, comunicación siempre resulta más fluida y rica cuando uno esta familiarizado con “el modo de expresarse” del interlocutor. Esto también ocurre con la comunicación radial: tiene un lenguaje propio que vale la pena conocer para utilizar al máximo
    Cuando hablamos de lenguaje nos referimos entonces a un conjunto de reglas que sirven para generar mensajes.
    Los recursos expresivos de los que se vale la radio para generar mensajes tienen un carácter exclusivamente auditivo.
    Los elementos del lenguaje radial son:
    I. La voz: constituye el elemento por excelencia. Su misión es la de emitir mensajes concretos mediante palabras. Como el oyente sólo cuenta con su sentido del oído para percibir la intención o la emoción del mensaje oral trasmitido, es necesario que la voz que habla a través de la radio sea clara y expresiva.

    II. La música: A lo largo del programa, la música aparece cumpliendo diferentes funciones como el auxiliar de la voz. Al planear un programa de radio, es importante incorporar música que se coherente con la temática y que acompañe sin opacarlo.
    Puede tener diferentes funciones como: Cortina principal (marca el comienzo y final de un programa), cortina secundaria (fragmento que se usan a lo largo del programa), punte (se emplea como fondo de voz), separador (para abrir y cerrar bloques), ráfaga (sirve para llamar la atención del oyente), fanfarria (para anticipar escenas heroicas o situaciones festivas), contenido principal (los programas musicales transmiten canciones enteras), complemento ( en algunos programas que no son de música en ocasiones presentan canciones para ilustrar el tema).
    III. Efecto de sonido: a un infinito numero de acciones, corresponde un infinito número de ruidos. En la radio, estos ruidos se llaman efecto de sonido. Por medio de los sonidos podemos evocar acciones, situaciones, clima y atmósfera.
    Junto con las palabras los efectos de sonidos consiguen ilustrar y completar los mensajes para que los oyentes tengan una experiencia más integral de las situaciones presentadas.
    IV. El silencio: tal como en las conversaciones y en la música, las palabras y los sonidos adquieren significados en contraste de la ausencia total de ruidos. Saber dosificar los silencios resulta muy útil para equilibrar las palabras, la música y los otros elementos sonoros.
    El silencio ayuda a jerarquizar y destacar los sonidos que se emiten por la radio. El silencio, además de funcionar como un indicador de pausas o interrupciones, funciona como un recurso expresivo dentro del discurso.

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